Casi invariablemente, a medida que el final de año se acerca, siento unas ganas fuertes, casi urgentes de cerrar este ciclo. Hacer inventario, agradecer y soltar, creando espacio para lo que quiera venir. Inspirada por un ejercicio que aprendí de Ana Maria Aristizábal, te propongo lo siguiente. Toma un trozo de papel o tu diario si llevas uno. En una página escribe:
- Logros personales: sin pensarlo mucho escribe todas las cosas que se te ocurran que han funcionado este año. Pequeñas y grandes. Fíjate no tanto en lo que te ha ocurrido, sino lo que has hecho con lo que te ha ocurrido. Desde encontrar un nuevo trabajo, a crear un nuevo hábito, a mejorar la alimentación, a terminar una relación sin salida….Escribe todo aquello que consideres un logro en tu vida.
- Fracasos personales: del mismo modo, pregúntate por aquellas cosas que no han salido bien – por la forma en la que de algún modo te cerraste a ellas -, y escríbelas. Cualquier cosa que se te ocurra. Desde no realizar el curso on-line al que te apuntaste, a continuar con dinámicas de relaciones que no evolucionan, a preocuparte por cosas que no tienen importancia, a volver empezar a fumar. Encuentro este apartado una fuente de aprendizaje potente, pues nos puede mostrar aquellas zonas de frustración con un mayor potencial de crecimiento.
- Personas a las que estar agradecido: haz inventario de las personas por las que te sientes agradecido. Apunta su nombre. Expresa tu agradecimiento de algún modo. De forma mental a través de un pensamiento, en conversación con ellas una nota o un regalo.
- Personas a las que pedir disculpas: Haz una lista de las personas a las que sientes que les debes una disculpa. Expresa tu disculpa de algún modo: de forma mental a través de un pensamiento, en conversación con ellas una nota o un regalo.
- Personas a las que perdonar: Haz una lista de las personas que sientes que te han fallado o decepcionado, incluido tu mismo si es pertinente. Expresa este perdón de algún modo: de forma mental a través de un pensamiento, escribiendo las palabras que dirías o dibujando algo.
- Con todo esto pregúntate ¿Qué has aprendido este año de ti mismo?
No te preocupes por ser exhaustivo. Simplemente haz el ejercicio tal y como te resulte y si te sientes con ganas, compártelo con alguien cercano. Saborea los aprendizajes que has realizado, y suelta todo aquello que no necesites. Disfruta del vacío que queda y no te apresures en crear metas para el año nuevo. Más bien, deja que estas fluyan hacia ti desde este fértil vacío.