La vida es una broma sagrada

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Conocí a Peter Hasson durante mi primer taller con Joel and Michelle Levey  en el 2011, en Seattle. Nos tocó comentar en grupo, cuales eran los motivos de asistir a este taller. Me llamó su atención su cara, un poco por encima de los cincuenta, sus arrugas hablaban de una vida singular, radicalmente fuera de lo común. Tenía un gesto bondadoso y canalla a la vez. Empezamos a compartir. Dije que recién había llegado a Seattle y que una amiga me había invitado a este taller. El acababa de perder a su hermano “pequeño”, y tenía el corazón roto. Le pregunté a que se dedicaba. Me dijo, pinto cuadros, compongo canciones,…¿eres artista? pregunté. Dijo bueno, esto se lo dejo al juicio de los otros. ¿tTienes alguna actuación prevista? le pregunté. Si, tengo una, pero antes quiero recuperarme de la pérdida de mi hermano. Pues avísame cuando la hagas, me gustaría asistir. Nos despedimos.

Pasó nuestro tiempo en Seattle, era la última semana antes de volver a España, cuando recibí su e-mail sobre su actuación. Compré tíquets y fuimos. Se llamaba “Life is a sacred joke, laugh loudly”. A mi pareja le pareció que sería de humor. Yo no tenía ni idea. El show era una especie de recital con el hilo conductor de la vida de Peter, donde él compartía de forma conmovedora sus reflexiones, sus heridas, su arte, y su música. En el show transpiraban la intensidad con la que había vivido, su sensibilidad y sentido del humor. A mi me conmovió y a mi compañero le partió el corazón. Al día siguiente nos invitó a su casa. Recuerdo que al entrar sintiendo su autenticidad, confianza, corazón, pensé, aquí pertenezco. Aquél día nos conocimos un poco más también con Andrea, su adorable pareja, y compartimos nuestra pasión por el arte e Italia, donde estaban sus orígenes. Seguimos en contacto ya desde España. Y luego le visité casi cada vez que fuimos a Seattle.

Con Peter podía compartir la dimensión artística de mi vida: poemas, cuadros. Como me sentía al pintarlos. Fue el quien me recomendó “The Artist Way”. Una vez le dije que cuando pintaba me sentía como si meditara. Me miró y me dijo: “¿Bromeas? ¡El arte es la forma más elevada de meditación!!” Durante nuestra amistad su enfermedad hepática estuvo presente des de el principio. Como una nube negra que amenaza tormenta. Cada vez que iba a verle me sorprendía con una nueva canción que había compuesto, con las plantas de su huerto de dimensiones sorprendentes o con un nuevo cuadro. Se hizo hacer unas tarjetas de visita que decían: “You are the best” y las iba repartiendo. Siguieron tratamientos que no funcionaron y el empeoramiento de su enfermedad. El último sábado de este mes abril Peter se fue.

Me embarga una sensación de incredulidad de que ya no esté entre nosotros. Consciente de todas las almas a las que tocó profundamente, me siento afortunada de haber sido una de ellas. ¿Y me pregunto, cual es el mensaje de Peter, para así poder compartirlo?
Creo que lo resume el título de una de sus obras: “La vida es una broma sagrada, ríete con ganas”. Peter nos invita a tomar la vida como algo sagrado, y al mismo tiempo a no tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos. A considerar la pregunta: ¿Cómo ser capaces de abrazar la vida en la magnitud de su tragedia, dejando que nos parta el corazón, sintiendo la belleza de la misma y encontrando el coraje para reírnos de esta broma sagrada,…juntos?

.… gracias Peter, you are the best.

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