Crítico interno: cuando el enemigo es una parte de ti (II)
(continúa del post anterior)
¿Qué hacer en pleno ataque?
Fruto de mi propio aprendizaje y de acompañar a personas a través del coaching integral he desarrollado esta pauta para poner en práctica durante un ataque del crítico interno.
- Date cuenta e internamente afirma: “Esto es un ataque del crítico interno”
El crítico interno – de entre otras voces – se le identifica por ser una voz sin corazón, a menudo cruel y a veces despiadada. - Respira: lleva la respiración al vientre y déjate calmar por la misma.
- Conecta con las sensaciones físicas y pregúntate: ¿Qué siento? ¿Cuál es el mensaje del crítico?
- Crea espacio entre tu yo verdadero y lo que está sucediendo dándote cuenta de que tu no eres esa voz ni tampoco la que se defiende de ella. Repite estas palabras si te sirve de ayuda: Yo no soy esta voz ni tampoco la que se defiende de ella.
- Autocompasión: Conecta con un espacio de compasión hacia ti mismo en el que albergar al crítico y a la parte de ti que está siendo atacada y/o está defendiéndose. Quédate con las dos, al igual que un buen amigo de ambas.
- Evita dejarte llevar por la llamada a la acción de las defensas al crítico. Intenta mantener la batalla en el fuero interno. Si buscas las culpas fuera perderás de vista todo el complejo y la oportunidad de aprender de ello. Si esto no es posible, acéptalo y pide después las disculpas necesarias.
- Aprovecha la calma después de la tormenta para escribir sobre ello y aprender de tu crítico, tus defensas y sobre como actuar la próxima vez que aparezca.
Prácticas para entablar relación con el crítico
Más allá de la immediatez de hacer frente a la situación cuando ocurra, al igual que con cualquier otra dimensión de nuestro mundo interior, las prácticas que desarrollen nuestro “testigo” interior – según acepción de Ken Wilber – van a ayudarnos a calmar la mente y a conocer al crítico. Prácticas como el yoga, la meditación, la contemplación, escribir en un diario nuestro flujo de conciencia,…ver mi post sobre el tema para más detalle, nos facilitarán el poder escuchar, conocer e integrar estas voces.
A medida que vayamos identificándolas, resulta interesante preguntarse sobre su procedencia y sobre la naturaleza de su agenda:
- ¿Quien es la voz en cuestión o a quien representa?
- ¿Qué se supone que debes hacer según esta voz?
- ¿Quienes son los otros en función de esta voz?
- ¿Cómo es el mundo para ella?
Para trabajar con distintas voces críticas, ayuda el ponerles nombres tal y como si se tratara de personajes de una obra de teatro. De modo que cuando vuelven a aparecer, es más fácil darse cuenta y desidentificarse de ellas.
Al mismo tiempo, una vez identificado el crítico, es interesante preguntarse ¿Qué hacemos cuando nos sentimos atacados por nuestro crítico interno? Responder a esta pregunta nos permitirá dilucidar los mecanismos de defensa frente al mismo. Esto es de crucial importancia pues nuestras defensas frente al ataque interno a menudo resultan tan o más problemáticas que los efectos del ataque en si.
Más sobre el crítico
Conocer a nuestro crítico y nuestros mecanismos de defensa es la única forma de integrar y trascenderlos. En este sentido, encuentro útiles y profundas las enseñanzas de Kirstin Neff y Robert Augustus Masters, así como en El Crítico Interno y la Autoaceptación editado por Tami Simon. El enfoque de Soul Without Shame de Byron Brown también resulta transformador. A todos ellos los integro en mi práctica de coaching.
Mirada interior
A mi entender el trabajo del crítico interno ejemplifica de forma rotunda el carácter arduo – del latín arduus, elevado, difícil – del crecimiento y evolución personales. No hay atajos en esta senda escarpada en la que el nuestros recursos internos y externos, la autocompasión y la práctica comprometida nos facilitan el ir avanzando hacia nosotros mismos.
A modo de auto-reflexión te invito a considerar estas preguntas: ¿Cómo es tu crítico interno? ¿De qué forma de obstaculiza o estanca tu potencial? ¿Qué vas a hacer al respecto?
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Crítico interno: cuando el enemigo es una parte de ti (I)
Ataques por sorpresa
Hasta el momento ha sido un día en familia estupendo, y todo parece ir bien. Una interacción sin aparente importancia, unas palabras me pillan distraída y dan en el blanco. De pronto me siento como una niña de siete años a la que acaban de reñir por ser desordenada, por repetir los mismo errores una y otra vez, por ser un desastre. Internamente me invade una sensación de vergüenza ardiente, siento que hay algo en mi que no está bien y me ofusco. Siento el impulso de defenderme atacando. Me doy cuenta de como las palabras han activado a mi crítico interno y de todo el proceso. Empiezo a observarlo todo sin dejarme llevar por el torrente emocional ni interactuar desde ese espacio. Empiezo a observar lo que ocurre desde una perspectiva mayor: el ataque del crítico, mi yo de siete años y mi mecanismo de defensa. Estos se convierten en objetos de mi conciencia y elijo sentir compasión por ellos. Las emociones pasan y vuelvo a mi yo adulto y evolucionado. No solo he capeado el temporal, sino que he hecho conscientes, partes de mi subconsciente integrándolas en mi ser.
Existen infinitas versiones del crítico interno como experimento cada día en mi práctica de coaching. Para Clara, una empresaria de éxito, su crítico interno se suma a las reuniones que ella y su socio tienen con clientes. En forma de sensaciones físicas o voces menos sutiles, le susurra que su socio es mejor, más inteligente y que sabe más de todo. Frente a ello, Clara se hace pequeña y casi no habla en las mismas, reforzando aún más el juicio cruel de su crítico interno, y también alimentando un resentimiento inconsciente hacia su socio.
La peculiar voz del crítico interno de Miguel, artista polifacético, le cuestiona sus capacidades internas en momentos de liderazgo, en los que compartir su talento y visión. Su crítico le dice que tansolo es uno más y que sus ideas no valen más que las del resto, con lo que termina reprimiéndolas. Esto paraliza a Miguel, dejándolo con una sensación de frustración e impotencia.
¿Alguna versión de esto te suena familiar?
¿Qué es el crítico interno?
Según Ken Wilber en Psicología Integral, una de mis lecturas de verano, una persona normal cuenta con una docena de subpersonalidades. Las subpersonalidades se experimentan como distintas voces en el diálogo interno de uno o en forma de sensaciones físicas. Algunas de las más comunes son las del ego padre/madre, hijo, adulto, conciencia, superior, inferior, yo auténtico, ser auténtico y el crítico interno entre otras.
Cada una de estas subpersonalidades cuenta con su propio nivel de desarrollo. Es por ello que al estar bajo los efectos de una de ellas, las personas actuemos de formas aparentemente contradictorias o desconectadas de nuestro yo adulto.
El origen de las subpersonalidades es cultural. Según mi experiencia en mi práctica de coaching, algunas de las subpersonalidades más problemáticas provienen del ámbito familiar, es decir de las voces críticas internalizadas del padre y/o la madre.
Las subpersonalidades complican las cosas, cuando las disociamos de nuestro yo consciente. Es entonces cuando selladas en el sótano de nuestro subconsciente, mandan dolorosas señales cuando las circunstancias apelan a ellas, bloqueando nuestras capacidades y potencial.
Dos actitudes básicas frente al crítico
El crítico interno se activa cuando surgen las circunstancias interiores o exteriores propicias.
Frente a esto, en mi experiencia hay dos actitudes conscientes o inconscientes de relacionarse con el crítico interno. Algunas personas elegimos profesiones o circunstancias que nos llevan a enfrentar a nuestro crítico interno. Uno de mis maestros, James Flaherty llamaba a esto “ir hacia el fuego”. Otras personas eligen formas de evitar circunstancias activadoras del crítico a toda costa, moldeando su vida en función de ellas. Sin embargo, cuanto más alienadas están estas voces más fuerza tienen, al igual que todo lo inconsciente, como brillantemente expresó C.G.Jung “Hasta que el inconsciente no se haga consciente, el subconsciente dirigirá tu vida y tú le llamarás destino”.
En mi próximo post compartiré prácticas sobre que hacer en pleno ataque de crítico interno, así como formas de entablar una relación con el crítico de modo que podamos integrarlo y seguir evolucionando.
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El presente como camino a casa. ¿Por qué es importante volver?
(continúa del post Cuando presencia y vitalidad van de la mano)
Realmente, no “me gustas cuando callas y estás como ausente”
Poema 15 de Veinte poemas de amor y una canción desesperada Pablo Neruda
Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Dice Neruda en su poema 15: “Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto.” En efecto, cuando no estamos presentes, es de alguna forma como si no estuviéramos, como si hubiésemos muerto. Así el poeta confiesa al final del poema: “Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.” Y es que no estar presente no mola. Ni a nosotros, ni a los que nos rodean. Los niños lo notan enseguida, cuando nuestra presencia baja y si no están acostumbrados a ello, reclaman que volvamos a su lado. Aunque nuestra falta de presencia sea la mayor parte de las veces inconsciente, yo lo interpreto como una falta de respeto a la vida. Por eso, la falta de presencia nos quita vitalidad, pues sin presencia, la vitalidad no nos hace falta, mientras sutilmente nos acercamos a la muerte.
¿Qué nos regala estar en el momento presente?
El premio de atender abiertos y vulnerables al festín de la vida es….. MÁS VIDA!. Más vitalidad, sentir más, más conexiones, más intensidad, más oportunidades, más transformación. Porque todo en la naturaleza está constantemente cambiando. Y cuanto más presentes estemos, más de acorde a la naturaleza podremos fluir.
Sin embargo, presentarse determinados al festín de la vida no es una tarea banal. A mi entender requiere dos requisitos básicos: coraje y recorrer el camino a casa una y otra vez.
Coraje para tener el valor de sentir. Sentir lo agradable, como la brisa del viento en nuestra piel, el abrazo de un amigo, la sencillez de unas palabras inesperadas, y también lo menos agradable. Como lo amargo de una relación que parece estancada. La sensación de no encajar en un grupo. El dolor físico y emocional de tener que hacer frente a una enfermedad propia o de una persona cercana.
Sin pretensión de ser exhaustiva, aquí comparto algunas formas de recorrer el camino a casa hacia la presencia, nuestro lugar de pleno derecho.
Camino a casa 1: habitar el cuerpo
¿Cuándo fue la última vez que bailaste de forma desatada? Bailar conectando con la música, y dejando que nuestro cuerpo la siga con su movimiento es una práctica fabulosa para aumentar la presencia.
También lo son el ejercicio consciente por ejemplo el yoga, el trabajo corporal (body work) y estar en la naturaleza, ver mi post sobre el tema ¿Porqué alimentar a tu alma salvaje?.
Camino a casa 2: integrar la mente
Una forma de calmar y entrenar la mente antes de pasar a prácticas más avanzadas son la relajación y el yoga. Ambas nos permiten aflojar tensiones, abrir el cuerpo y desde esta base iniciar prácticas de meditación.
Meditar sin haber abierto y relajado el cuerpo, puede tener, y en casi todos los casos tiene, el efecto de aumentar aún más nuestra actividad mental. También nos puede calmar la mente a través de desconectarnos de nuestro cuerpo, sensaciones y emociones. De este modo las personas que meditan de este modo están, sin saberlo, practicando la evasión espiritual, término acuñado por Robert A.Masters. La evasión espiritual consiste en pasar de puntillas sobre los aspectos más crudos de nuestra vida para relajarse en “estados superiores”, lo que precisamente nos condena a estancar nuestro crecimiento personal.
La meditación, cuando no nos desconecta sino que nos abre a nuestra experiencia encarnada resulta una forma de ver los mecanismos a través de los cuales perdemos presencia y profundizar en ellos. Desarrollando una relación íntima y de aceptación con los mismos, podemos ser capaces de integrarlos y trascenderlos.
Otra forma de llevar los pensamientos al lugar donde corresponden – como una parte más de nuestra experiencia pero no la única – consiste en escribir en un diario nuestro flujo de conciencia sobre lo que ocupa nuestra mente, inspirados en las páginas matutinas de Julia Cameron . Parece sorprendente lo que habita a un nivel subconsciente y ponerlo en papel, le da espacio para que deje de interponerse en nuestras vidas.
Camino a casa 3: cultivar la presencia en relación
La primera relación es con nosotros mismos. Y esta relación es la base de todo. Una forma de dar espacio a la relación con nosotros mismos es a través de la soledad, creando espacio para la introspección.
En un segundo nivel, las relaciones con otros son indispensables pues no podemos desarrollarnos como personas más allá de lo que se han desarrollado nuestros maestros.
Existen comunidades de aprendizaje formales e informales que fomentan la presencia. Algunas de las fundamentales para mi han sido Pluribus , Coming Into Your Own, New Ventures West y el Integral Center, entre otras. Actualmente, estar en relación con maestros en el ámbito del coaching, el espiritual y el somático me invita a niveles mayores de presencia y consciencia. También existen comunidades que fomentan la ausencia. En lugar de conectarnos al momento presente nos desconectan de él. Aprender a discernir cual es cuál y a elegir en consecuencia es determinante.
El coaching es en si una relación fundamentada en la presencia. Mis sesiones son una invitación a estar presente. En este sentido, mi capacidad de estar presente a todo lo que comparte la persona a la que acompaño, sea consciente o inconsciente, facilita la calidad transformadora de las mismas. En palabras de Decker Cunov, uno de los fundadores del Integral Center “Si hay algún lugar adonde ir, es a estar más aquí y ahora”. En mis sesiones de coaching, el momento presente despliega un holograma hacia la totalidad de la persona y todo lo que le ocurre en su mundo. Desde ese espacio, transformaciones profundas tienen lugar.
Mirada interior
¿Qué resuena en ti de lo que has leído? ¿Qué caminos a casa ya practicas? ¿Qué otros podrías añadir? ¿Qué puedes hacer o dejar de hacer al tomar conciencia de esto?
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Cuando presencia y vitalidad van de la mano
Apareciendo, desapareciendo
Hace unos días tuve el placer de conocer parte de la obra pictórica de la brillante Alba Casanovas. Quedé totalmente cautivada por la colección Vera Icona, de las fotos de este post. Le pregunté a Alba sobre el porqué de la colección y me habló de la presencia, del impacto de la misma y de cómo aparecemos y desaparecemos en el fluir de nuestras vidas. De forma inmediata, me conectó con mi experiencia con personas a las que acompaño a través del coaching.
Presente, puerto presente
Cuando estamos presentes, habitamos nuestro cuerpo, nuestra alma nos acompaña en el momento presente y estamos conectados y atentos al momento. Miramos más a los ojos, interactuamos más libremente y las personas que están con nosotros nos sienten cercanos. La conexión que sentimos con la vida hace que se abran nuevas posibilidades a cada momento. La canción de Macaco y Fito, Puerto Presente, transmite muy bien la idea.
Eckhart Tolle en el Poder del Ahora lo expresa de forma cristalina: “Si tu mente arrastra la pesada carga del pasado, lo que harás será experimentar más de lo mismo. El pasado se perpetua a si mismo a través de la falta de presencia. La calidad de tu consciencia en este momento, es lo que da forma al futuro”.
Vivir mentalmente = falta de presencia
Una de las epidemias de nuestro tiempo y civilización es que vivimos demasiado en la cabeza, en nuestros pensamientos. Y a la mente no le gusta estar presente. Su naturaleza es la de preocuparse y dar vueltas a todo, residiendo en el pasado o en el futuro.
Vivir en la era de la información nos invita a vivir desde lo mental, desconectados en cierto modo de nuestro cuerpo. Una metáfora brutal de ello se muestra en la película The Matrix. Los cuerpos de la gente están enchufados en las máquinas que recogen electricidad. Sin embargo las personas no se dan cuenta porque han dejado de habitar sus cuerpos y viven tan solo a nivel mental.
¿Porque nos vamos?
Perdemos presencia por una multiplicidad de razones.
Por ejemplo, dejamos de estar presentes cuando estar en nuestros cuerpos y sentir lo que sentimos resulta demasiado doloroso. Aunque esto es conocido de situaciones traumáticas, nuestra presencia se puede ver afectada por muchas experiencias que a la vista no se interpretarían así. Según Peter A. Levine, experto en traumas, el trauma no depende de la circunstancia en si, sino de como la persona lo vive. De forma que a una persona le puede resultar traumática un tipo de experiencia, mientras que a otra, la misma experiencia no le deja ningún tipo de huella. En cualquier caso, situaciones traumáticas se registran en nuestro cuerpo en forma de tensión, perdiendo flujo vital y presencia.
Relaciones con estados emocionales
Estados emocionales que nuestros padres no sabían gestionar, nos puede llevar a una falta de presencia. Por ejemplo, si a mis padres les resultaba muy difícil de gestionar la rabia, hicieron de eso un estado no admitido en la familia primero y luego esta norma se interiorizaría en mí. De esta forma, mi expresión del enfado se verá comprometida, y a no ser que lo trabaje conscientemente, me será difícil estar presente con esta emoción cuando aparezca y aún más expresarla.
Detectar cualquier estado emocional que nos haga perder presencia es el primer paso para atajarlo. De ahí, la forma de avanzar que propone Augustus Masters y con la que coincido plenamente es la de atravesar el estado quedándonos presentes al efecto del mismo en nosotros: en nuestro cuerpo, en las emociones, sus pensamientos asociados, sus llamadas a la acción. Para un ejemplo de cómo atravesar una emoción ver mi post Las emociones como portal a la plenitud. Otra forma de atravesar la emoción es compartiendo lo que nos está ocurriendo en relación a otros. Poner nombre y estar con los mecanismos que nos quitan presencia es volver a ella.
Presencia en relación
También perdemos presencia cuando crecemos o estamos con personas que no están presentes. Los niños beben de los adultos que los crían y de modo inconsciente mimetizan su “ser y estar” en el muno. Existen relaciones con un nivel muy bajo de presencia, lo que nos mantiene en ese nivel. También es cierto lo contrario. Al estar con personas que están muy presentes, nos sentimos invitados al aquí y al ahora por su presencia, su curiosidad, la cualidad de sus interacciones. Estar con estas personas aumenta nuestra intensidad vital.
Mirada interior
Por un momento, pon atención en tu vida. ¿Qué emociones te resulta difícil sentir? ¿Qué zonas de tu cuerpo están tensas e insensibles? ¿En qué situaciones pierdes presencia? ¿Cuál es el estado interior (sensaciones, emociones, pensamientos) cuando este sucede? ¿Con qué personas te sientes más presente, más vivo?
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Què necessites per rebre el suport que vols?
Dependents des del moment zero
A l’ésser humà li és virtualment impossible créixer i desenvolupar-se sol, tal com es veu en la forma en com arribem al món. Al contrari d’altres mamífers, com ara les vaques o cavalls, que literalment neixen de peu, els nadons humans són totalment vulnerables al seu naixement. Així, al llarg de la vida, el suport dels altres és imprescindible per navegar els diferents estadis de desenvolupament des de la dependència, a la independència i a la interdependència, segons S.Covey.
Jo sóc perquè tu ets
El grau de desenvolupament de persones que ens acompanyen a la vida és fonamental, ja que en el sentit de desenvolupament adult, segons Robert Keagan, no podem desenvolupar-nos més que les persones que ens acompanyen. Fixem-nos en qualsevol de les persones amb gran talent. Mozart, Leonardo da Vinci o Frida Kahlo tots van créixer envoltats de persones de qui van poder aprendre i així desenvolupar el seu potencial en el camp en qüestió.
D’aquesta forma, si volem continuar creixent i desenvolupant-nos durant tota la nostra vida, necessitem altres persones. I és precisament perquè necessitem als altres per arribar a desenvolupar el nostre potencial, que el coaching realment canvia vides. Dit això, viure sabent que necessitem als altres no és fàcil en una cultura dominant on s’encoratja l’individualisme, la independència i la competitivitat.
Coaching en circumstàncies difícils
Personalment, ha sigut d’adulta quan he hagut de reaprendre a demanar ajuda. Havent crescut amb la noció que “sóc forta i me’n sortiré”. M’havia negat moltes vegades rebre un cop de mà dels altres. Sovint, és veritat que podem sortir-nos-en tots sols, però de quina forma? A quin preu? Demanar ajuda és reconèixer la pròpia vulnerabilitat i obrir-nos a l’altre. I, malgrat això, demanar ajuda i rebre la que un necessita sovint no és tan senzill. Qui no ha esperat un tipus d’ajuda i n’ha rebut una altra que encara li ha complicat més la situació?
El coaching, en una de les seves formes, és un acompanyament en circumstàncies vitals que segurament podríem travessar sols, però en les que escollim estar acompanyats i orientats donada la intensitat o dificultat de la situació. Per exemple a la meva pràctica de coaching acompanyo a persones a trobar una feina més alineada amb el seu propòsit vital; a navegar amb cura i saviesa un canvi molt fort en l’àmbit personal – separació, marxa dels fills…
Coaching“fro
m good to great”
Altres persones a qui acompanyo són persones a les que la vida els va bé, i des d’aquesta situació escullen expandir el seu potencial personal. Els nord-americans en diuen “to go from good to great”, que seria una cosa com per anar de “bé a excel·lent”. Senten que és el moment de fer un salt qualitatiu en el seu “ser i fer” i tot i que no saben exactament que poden fer, intueixen el seu potencial no alliberat. Aquí acompanyo a empresàries i empresaris a elevar la seva capacitat de lideratge, a persones del món de l’art a fer un salt en la seva carrera professional i a tot tipus de persones a augmentar la seva empremta positiva en el món.
Què necessites per rebre suport?
Sovint no n’hi ha prou en saber que el suport és allí, a l’abast de la mà. Al meu entendre, per donar-nos permís a rebre suport, fa falta certa humilitat pel fet de saber què necessitem dels altres i al mateix temps sentir-nos valuosos i mereixedors d’aquest suport o espai de creixement.
A un segon nivell, hi trobaria el suport del nostre entorn proper (família, etc.) i disponibilitat de recursos (temps, diners…). Dit això, aquestes condicions ajuden però no són mai un fre per una persona a iniciar un procés de transformació personal.
I tu, en quin moment vital et trobes i quin tipus de suport necessites? Què necessites per sentir-te mereixedor/a del mateix? Què seria possible per a tu i la teva vida si et permetessis aquest suport?
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¿Qué primer paso te aguarda?
Trazando una primera línea
Empieza de cerca,
no tomes el segundo paso o el tercero,
comienza con la primera cosa
cercana,
el paso que no quieres tomar.
(primera estrofa del poema Start close in de David Whyte, mi traducción)
Un día sientes algo dentro de ti y das el primer paso. Resulta como la línea que dibujó Miró en su famoso tríptico Pintura sobre fondo blanco para la celda de un solitario. Negro sobre blanco. Claro, nítido. Imposible de diluir. Igual que a Miró, también a ti te costó encontrar el coraje para poder dibujar esa primera línea…
Pintura sobre fondo blanco para la celda de un solitario – Miró
Coaching como un conjunto de primeros pasos
“Sea lo que sea que quieras hacer o sueñes en hacer, empiézalo. La audacia tiene genialidad, poder y magia. Empieza ahora.” J.W. von Goethe.
Una forma de entender el coaching integral es como un conjunto de primeros pasos. Primeros pasos para verte a ti mismo. Para darte espacio. Para estar sin “saber”. Para ponerte en el centro de tu vida, tal vez después de mucho tiempo.
Y al hacerlo, otro paso se sugiere. Y te das cuenta que no es necesario tener un plan detallado para empezar.
Aprender de forma integral
Porque tomar conciencia es importante pero no suficiente, el coaching integral te acompaña a través de dos formas: el conocimiento de ti mismo por un lado y el descubrimiento a través del hacer, por el otro. Pues es haciendo cuando puedes trascender tu dimensión cognitiva, e incluir la plenitud de tu dimensión humana.
Un nuevo espacio
Das el primer paso y te sientes en un nuevo espacio. Ves como se diluyen las resistencias que tuviste que atravesar para esa primera acción. Ya no eres igual. Tu y todo ha cambiado. Un mundo de opciones y posibilidades que ni podías imaginar se abre a tus pies.
Y en tu vida ¿Qué primer paso te está paciente o inquietamente esperando?
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Como mujer, ¿Qué pregunta te haces frente al paso de los años?
EL ESPEJISMO DE LA EDAD
Desde siempre he aparentado menos años de los que tenía. A los dieciocho, decían que parecía tener once. A los veinticinco, al alquilar un coche cuestionaban mi mayoría de edad. A los treinta, en Londres, durante mis estudios de máster me pedían el carnet para entrar en discotecas. En Estados Unidos, con treinta y ocho años me pedían identificación a la hora de comprar vino. En este sentido envejecer nunca me ha importado demasiado…
Por otra parte, a nivel profesional, parecer más joven de lo que era me ha condicionado en cierto modo. Recuerdo mis primeros años en el mundo empresarial donde las mujeres en puestos directivos brillaban por su ausencia, con lo que tenía que arreglármelas en un mundo hipermasculino. Luego las primeras consultorías para grandes empresas con la familiar dinámica, podía leer en las caras de los directivos“¿Qué demonios podrá enseñarnos esta niña?” durante los primeros minutos…. hasta un “Vaya, sabe de lo que habla y nos está ayudando a dar en el clavo” al rato de la formación. Dinámica en muchas versiones, la más reciente en las oficinas de una gran corporación en lo alto de un rascacielos neoyorkino dando formación a un grupo de ejecutivos y ejecutivas, donde además del factor “falta de canas”, se añadía el de tener un acento extranjero, lo que no impidió un desenlace exitoso.
El año pasado cumplí cuarenta años, y sentí que de alguna forma todo había cambiado.
APRENDER A AMAR AL CUERPO
Como muchas mujeres, me ha costado aprender a amar a mi cuerpo. Recuerdo todas la inseguridades que me generó desde pequeña: kilos de más, celulitis, curvas incómodas, pelos! Pelos de más. Pelos que crecían muy rápido. Luego la comida, dietas a un largo etcétera….Miro entre las mujeres de mi familia y todo resulta parecido, al igual que entre la mayoría de mujeres que conozco.
Con los años me he hecho amiga de mi cuerpo. He aprendido el descanso que necesita, la cantidad de ejercicio, la comida que le sienta bien y la que no, lo que necesita para abrirse, a ahondar en sus bloqueos para sanar heridas psíquicas y a sentirme cómoda con sus reacciones. Y no menos importante, he aprendido a escuchar al cuerpo como fuente de sabiduría, pues es allí donde reside nuestra intuición.
¿QUÉ ACTITUD TOMAR FRENTE AL HECHO INEVITABLE DE ENVEJECER?
Hoy día soy más consciente que nunca de la inevitabilidad de envejecer. También de la actitud que deseo tomar delante de este hecho. Existen dos posibilidades a mi entender:
La primera es resistirse al envejecimiento. Resistirse puede tomar forma de miedo o ansiedad ante este hecho, que puede catalizar muchas acciones: dietas, ejercicio físico compulsivo, productos cosméticos múltiples, un sobresfuerzo en maquillarse y en vestirse, incluso pequeñas y grandes cirugías… Un gasto considerable de energía y recursos, apuntando a un aumento del sufrimiento personal.
La otra es darse al paso del tiempo con valentía e inteligencia. Darse cuenta de los pequeños y grandes cambios, no solo físicos, sino de toda la persona. Y ahí está la clave. “En cada época de nuestra vida, ganamos algo y perdemos algo”, afirma Marianne Williamson y no puedo estar más de acuerdo con ella. Y, es que lejos de estar en mi mejor momento físico, fruto del trabajo interior realizado y el camino recorrido es la época en la que, con diferencia, mejor me siento en mi piel.
EL (CRUEL) MENSAJE SOCIAL
En relación a envejecer, la trampa resulta en fijarse solamente en lo físico. Es una tragedia que en nuestra cultura las mujeres suframos esa mirada desde el momento en que nacemos. La pregunta que nos lanza la sociedad, los medios de comunicación y el inconsciente colectivo es: “A partir de los treinta todo va cuesta abajo, así que….¿Qué necesitas hacer para mantenerte joven?” Recién ojeaba una revista de moda y dejando a un lado la publicidad masiva de cuerpos de niñas, casi todo el contenido iba de y para milenials, nombrando a la treintena como si fuera la última frontera hacia un planeta al que es mejor no viajar. Y qué decir del revuelo generado alrededor del nuevo presidente francés por tener una pareja veinte años mayor que él, mientras lo contrario, un hombre con una mujer muchísimo más joven que él nunca ha sido criticado por una elección personal semejante.
DELICIOSAMENTE MUJERES
Recibir y dar talleres de liderazgo para mujeres Coming Into Your Own me ha preparado para este momento vital. En ellos se juntan grupos de mujeres que van desde los dieciocho hasta los setenta y muchos, generando interacciones profundamente enriquecedoras.
En concreto, hay una parte del taller en el que vemos el ciclo de vida de una mujer desde su nacimiento hasta su muerte, recorriendo las transformaciones más importantes. En ellos he aprendido sobre la liberación que reside en dejar de menstruar. Sobre la belleza de aumentar nuestra capacidad de ser y sostener desde la presencia, frente al hacer frenético de los primeros cuarenta años. Sobre la sensualidad y sexualidad consciente que es posible cultivar con la edad. Sobre la energía que se desarrolla con fuerza si nos cuidamos y escuchamos aquello a lo que estamos llamadas a hacer. Sobre la sabiduría que nos trae la experiencia, las batallas perdidas y las ganadas. Sobre como, al ser capaces de abrazar con fiereza nuestra aventura vital, nuestro cuerpo cada vez más translúcido deja pasar la luz de nuestra esencia iluminando al mundo.
¿CÓMO MUJER, QUÉ PREGUNTA TE HACES?
A mi entender, la clave como mujeres está en no responder – no escucharla resulta imposible- a la pregunta que nos lanza la sociedad. Y en su lugar plantearnos la pregunta: ¿Qué estoy ganando y qué estoy perdiendo en cada época de mi vida? Sentir cierta nostalgia por como nuestra forma física cambia, tal vez resulte inevitable. Pero abrazar este cambio, mientras celebramos aquello que cada año de más nos aporta resulta no solo sabio, sino indispensable si queremos seguir con los pies en la tierra y caminando a paso firme.
¿Y tu, qué relación tienes con el paso del tiempo? ¿Con qué actitud eliges afrontar el inevitable paso de los años? ¿Cómo celebras el balance vital del cumplir años, aquello que pierdes y aquello que ganas? ¿Qué aporta esto a la forma en la que participas en la vida?
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Mi dolor, tu dolor, dolor por el mundo
Dolor por el mundo
Durante mi infancia recuerdo un progresivo despertar a cuán jodido estaba nuestro planeta fruto de la acción humana. Los motivos de este despertar fueron parte la escuela a la que fui, la Mowgli, un espacio revolucionario en su tiempo que sin duda tuvo un impacto en mi forma de ver el mundo, y parte mis padres transmitiéndome su amor por la naturaleza. Luego mi interés me llevó a devorar National Geographics, el Ecologista, y cualquier fuente que explicara lo que estábamos haciendo a nuestro planeta.
Recuerdo que al entrar en contacto con esta realidad me sentí traicionada. ¿Cómo puede ser? ¿A quien se le ocurre destrozar algo que nos pertenece a todos? ¿Nuestra misma madre tierra que nos nutre y soporta? A medida que esta conciencia iba creciendo, una parte de mi se sentía triste. Sufría. Hacía voluntariado, sacaba el tema siempre que podía en mis círculos, reciclaba, colaboraba con ONGs ecologistas…Y sin embargo, seguía sintíendome incómoda por sentir ese dolor. La mayoría de personas a mi alrededor parecían no sentirlo, mientras que para mi era ensordecedor.
La vía del medio
Según Lama Willa Miller, cuando conectamos con la situación actual de nuestro planeta, existen dos formas de relacionarnos con ella. El primero es desesperanza, pensar que las cosas nos superan y no podemos hacer nada y el otro es falso optimismo, a menudo creyendo que la ciencia lo solucionará todo o negando que nada vaya mal. Parece que solo tenemos estás dos opciones disponibles y ambas nos conducen a la parálisis.
Sin embargo, desde el Budismo existe la vía del medio. La vía del medio reconoce que en cuanto más nos acercamos a los extremos, más nos elude la sabiduría. Tomar la vía del medio significa una voluntad de asumir la realidad tal y como es, manteniendo una actitud de amor y alegría. Éste, afirma Miller, es el camino de los bodhisattvas de esta generación. ¿Pero como lograr abrazar la vía del medio?
El trabajo que reconecta
Una de las formas más profundas, elegantes y efectivas que encontrado de reconciliar el estado de las cosas con nuestro estado interior activando nuestra capacidad de acción personal y colectivas es El Trabajo que Reconecta desarrollado por Joanna Macy. Fruto de varias décadas activismo y a través de talleres, libros y otros recursos, el Trabajo que reconecta, ofrece una forma de acercarnos a nuestro dolor por el mundo y usar su energía para el cambio positivo, en lugar dejarnos angustiar y paralizar. Familiarizada con el Trabajo, habiéndolo usado en mis talleres y formaciones, el pasado fin de semana tuve el privilegio de recibirlo de la mano de Joel y Michelle Levey en un retiro de tres días. El trabajo se fundamente en cuatro pilares:
– Conectar con la gratitud de estar vivos y todo lo que existe
– Honrar nuestro dolor por lo que está sucediendo
– Ver con nuevos ojos
– Seguir adelante

Spiral Work That Reconnects by Dori Midnight
Este proceso nos invita individual y colectivamente ponernos al servicio a lo que Macy denomina the Great Turning, el Gran Giro, nombre de la aventura esencial de nuestro tiempo: el paso de una sociedad industrial a una civilización que sostenga la vida.
Dolor personal y dolor por el mundo
Durante el retiro, me surgió la pregunta ¿Cual es la relación entre nuestro dolor personal, fruto de nuestras experiencias en la vida y el dolor que sentimos por lo que ocurre a la Tierra? Recuerdo cuando entré en contacto por primera vez con el trabajo de Joanna Macy había realizado poco trabajo personal, y ahora me doy cuenta que estaba sorda al dolor por mi historia personal. Tan acostumbrada a sentirme de una determinada forma que no lo percibía como dolor. Entonces poco a poco fui despertando a él, a través de una multiplicidad de experiencias sanadoras y transformadoras. Experiencias que me hicieron despertar a este dolor y curarlo, al menos en gran parte. De modo que llegué al taller experiencial Joel y Michelle diferente. Algo había cambiado en mi: el lugar desde donde sentía.
Ampliando la capacidad de sentir y actuar
Antes de ahondar en mi proceso personal era como si el dolor que sentía por la tierra y mi dolor personal resonaran, ampliándose el uno al otro, dificultando su integración. Mientras que ahora, durante la experiencia del retiro pude sentir el dolor por el mundo de una forma más entera, pudiendo mirar a la realidad des de una historia personal clara e integrada.
Mi aprendizaje es que profundizar en nuestra vida para aceptar, integrar y curar las partes de nuestro pasado que siguen vivas y pendientes, nos amplía la capacidad para sentir la magnitud de las cosas tal y como son, sea el dolor que sentimos por la devastación de nuestro planeta, el dolor de nuestros congéneres, o nuestro propio dolor. De este modo, ponernos al servicio del Gran Giro no solo es inevitable, sino que puede dar sentido a nuestra vida entera.
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La vida es una broma sagrada
Conocí a Peter Hasson durante mi primer taller con Joel and Michelle Levey en el 2011, en Seattle. Nos tocó comentar en grupo, cuales eran los motivos de asistir a este taller. Me llamó su atención su cara, un poco por encima de los cincuenta, sus arrugas hablaban de una vida singular, radicalmente fuera de lo común. Tenía un gesto bondadoso y canalla a la vez. Empezamos a compartir. Dije que recién había llegado a Seattle y que una amiga me había invitado a este taller. El acababa de perder a su hermano “pequeño”, y tenía el corazón roto. Le pregunté a que se dedicaba. Me dijo, pinto cuadros, compongo canciones,…¿eres artista? pregunté. Dijo bueno, esto se lo dejo al juicio de los otros. ¿tTienes alguna actuación prevista? le pregunté. Si, tengo una, pero antes quiero recuperarme de la pérdida de mi hermano. Pues avísame cuando la hagas, me gustaría asistir. Nos despedimos.
Pasó nuestro tiempo en Seattle, era la última semana antes de volver a España, cuando recibí su e-mail sobre su actuación. Compré tíquets y fuimos. Se llamaba “Life is a sacred joke, laugh loudly”. A mi pareja le pareció que sería de humor. Yo no tenía ni idea. El show era una especie de recital con el hilo conductor de la vida de Peter, donde él compartía de forma conmovedora sus reflexiones, sus heridas, su arte, y su música. En el show transpiraban la intensidad con la que había vivido, su sensibilidad y sentido del humor. A mi me conmovió y a mi compañero le partió el corazón. Al día siguiente nos invitó a su casa. Recuerdo que al entrar sintiendo su autenticidad, confianza, corazón, pensé, aquí pertenezco. Aquél día nos conocimos un poco más también con Andrea, su adorable pareja, y compartimos nuestra pasión por el arte e Italia, donde estaban sus orígenes. Seguimos en contacto ya desde España. Y luego le visité casi cada vez que fuimos a Seattle.
Con Peter podía compartir la dimensión artística de mi vida: poemas, cuadros. Como me sentía al pintarlos. Fue el quien me recomendó “The Artist Way”. Una vez le dije que cuando pintaba me sentía como si meditara. Me miró y me dijo: “¿Bromeas? ¡El arte es la forma más elevada de meditación!!” Durante nuestra amistad su enfermedad hepática estuvo presente des de el principio. Como una nube negra que amenaza tormenta. Cada vez que iba a verle me sorprendía con una nueva canción que había compuesto, con las plantas de su huerto de dimensiones sorprendentes o con un nuevo cuadro. Se hizo hacer unas tarjetas de visita que decían: “You are the best” y las iba repartiendo. Siguieron tratamientos que no funcionaron y el empeoramiento de su enfermedad. El último sábado de este mes abril Peter se fue.
Me embarga una sensación de incredulidad de que ya no esté entre nosotros. Consciente de todas las almas a las que tocó profundamente, me siento afortunada de haber sido una de ellas. ¿Y me pregunto, cual es el mensaje de Peter, para así poder compartirlo?
Creo que lo resume el título de una de sus obras: “La vida es una broma sagrada, ríete con ganas”. Peter nos invita a tomar la vida como algo sagrado, y al mismo tiempo a no tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos. A considerar la pregunta: ¿Cómo ser capaces de abrazar la vida en la magnitud de su tragedia, dejando que nos parta el corazón, sintiendo la belleza de la misma y encontrando el coraje para reírnos de esta broma sagrada,…juntos?
.… gracias Peter, you are the best.
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