El conflicto y yo
El conflicto ha sido una constante en mi vida, como en la vida de tantas personas. Conflicto familiar, conflicto personal, conflicto político, histórico,…
Considero al conflicto interno, o la tensión entre lo que uno desea y lo que es posible en su experiencia vital, como algo que nos empuja a aprender y a superarnos.
El conflicto a nivel biológico
Sin embargo, en general, el conflicto no es apreciado y existen razones para ello. Diane Musho Hamilton en su libro Everything is workable, explica que estamos condicionados genéticamente para huir del conflicto. Nuestro sistema nervioso busca terminar la tensión generada en el conflicto con otra persona, de aquí los impulsos de huida, lucha o congelación, pues ancestralmente, el conflicto ha determinado la diferencia entre vivir o morir.
Triángulo vicioso
Una forma común de interpretar el conflicto, que encuentro a menudo en mi práctica de coaching oculta una disposición de roles perniciosa. El conocido triángulo víctima, perpretrador, rescatador. Detente por un momento y considera un conflicto existente en tu vida. ¿Eres capaz de situarte en alguno de estos roles, sea el de víctima, perpretador o rescatador? Si lo eres, date cuenta del complejo emocional-cognitivo que lo acompaña. Considera las sensaciones físicas, las emociones, los pensamientos que te acompañan junto a este rol.
Uno de los muchos problemas de este triángulo, es como se distribuye el poder en el mismo de forma consciente o inconsciente. Si somos víctimas, no tenemos ningún poder. Si somos perpetradores hemos tenido el poder de atacar, tal vez todo el poder. Si somos rescatadores tenemos el poder de sacar a la víctima de sus problemas. Sin embargo la realidad siempre es más compleja. En mi experiencia, todos disponemos de cierto poder. Lo que hagamos con el es responsabilidad nuestra. Podemos usarlo o cederlo a otros.
Otro de los problemas del triángulo es que polariza, entre buenos y malos. El rescatador y la víctima son los buenos. El perpetrador es el malo. Así de simple y así de lejos de la verdadera naturaleza de las personas y los procesos.
Alternativa: agentes complejos
Existe una alternativa al triángulo y es la de sabernos agentes responsables de nuestras vidas. Con nuestro poder personal, el poder de nuestras acciones y con la complejidad que nos caracteriza y que caracteriza cualquier conflicto.
Desde esta óptica, el conflicto se presenta, según Kegan, como una oportunidad para entrar en contacto con nuestra complejidad y la de la otra parte. El conflicto emerge de la simplificación de nuestras posturas, y es a partir de invitar nuestra complejidad y la del otro donde existe evolución.
En este sentido no se trata de solucionar el conflicto, sino en lugar de ello, dejar que el conflicto nos solucione. Bueno y a nivel práctico esto qué significa, tal vez te preguntes. Pues que manifestado el conflicto, tal vez no haya mucho que “hacer” en el sentido de accionar. Quizás puedas aceptar la invitación del conflicto a estar y observar. A dejar que el conflicto te trabaje internamente poniéndote en contacto con tu complejidad y la de la otra parte. Y así, salir reconfigurado, evolucionado, armonizado, pudiendo trascender el conflicto mismo.
Mirada interior
Considera a uno de tus conflictos actuales. ¿Te reconoces en alguna de las partes del triángulo vicioso? ¿Cómo sería si invitaras más complejidad tuya y de las otras partes? ¿Qué significaría dejar que el conflicto te solucione?
m’interessaria aprofundir en aquest tema del conflicte interior i de la seva relació amb la culpa,i/o de sentirse cuplable en una situació de conflicte amb l’altre.
Tens algun escrit o document que pugui consultar.
Gracies
gràcies Mercè pel teu comentari. El que se m’acut d’entrada és el llibre de Diane Musho Hamilton «Everything is workable», sobretot els primers capítols. Pel que fa al sentir-se culpable et convidaria a indagar sobre aquesta emoció en el glossari d’emocions de Karla McLaren sobre la culpa. També et pregunto, quin conflicte intern et genera aquest sentiment? Fins a quin punt et permets sentir-lo? Quina crida a la acció l’acompanya i com pots seguir-la en alguna mesura? Salutacions,