Cambiando de segunda piel (I)
Cambiando de piel
En el momento de escribir este post, estoy terminando de dejar el espacio en el que he vivido durante once años y empezando a vivir en uno de nuevo. En el proceso, alguien me dijo, la vivienda es tu segunda piel. Nunca antes lo había considerado así, y ahora encuentro esta frase llena de sentido. La forma en la que vivo este proceso es lejos de lineal. En mi mente pensaba, de acuerdo, dejo de vivir aquí, empaquetamos todo y empezamos a vivir allí. Aunque llevo un mes ya en el nuevo espacio, todavía no me siento completamente en él. Hace días que resistía el hecho de mirar las cosas que no me llevo al nuevo espacio, bastantes libros, CDs, juguetes, ropa, cosas,….Pensaba que era por la carga de trabajo que representaba. Sin embargo, tras romancear con el proceso varias semanas, conseguí reservar tiempo en mi agenda para dedicarlo exclusivamente a esto. A medida que la fecha señalada se acercaba, aumentaba mi sensación de ansiedad y ligero vértigo. Cuando por fin llegó el día y pude empezar a mirar a la bestia a los ojos, me di cuenta de la naturaleza única del empeño.
Sentir para estar con lo que es
Así como empecé a revisar cosa, por cosa, libro por libro, las emociones unidas a recuerdos empezaron a llegar, con sus lágrimas, risas y sacudidas. Entonces entendí el trabajo que tenía delante. Era tomar cada objeto, cada pieza de ropa, cada recuerdo, sentir las emociones y recuerdos que evocaba en mi, darle las gracias y colocarlo con amor en su sitio. “Su sitio” la mayoría de veces incluía soltarlo.
A mi entender, sentir es un primer paso esencial para muchos procesos. Para agradecer, para recibir, para honrar, para soltar. Sentir significa abrirte a aquello que más allá de tus racionalizaciones, sucede en tu interior en cualquier momento. Conectar con lo que sientes puede sorprenderte. A veces se supone que tienes que sentir pena, pero sin embargo te sientes alegre y liberado. Por ejemplo, en mi circunstancia pensaba que sentiría hastío frente al proceso que tenía delante, y sin embargo, fue una experiencia rica, energizante y llena de matices.
Sentir como portal a tu razón de ser
Sentir también es un portal para indagar sobre tu propósito, sobre la razón por la que existes. Este tema es la piedra angular de mi práctica de coaching además de la exploración central del libro que estoy escribiendo. Por ello te pregunto: ¿Cuando es que te sientes más vivo, energizado? ¿En que momentos sientes que tu vida tiene sentido? ¿Qué haces y como? ¿De qué forma está esto relacionado con tu propósito aquí?
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